Hace un par de días que no hay trabajo de diseño, por lo que se me ha asignado la tarea de actualizar el directorio de la página Web. ¡Que pinche diversión señores! tanta, que babeo el teclado.
Mi jefe ha pedido el día lunes, así es que estaré sola en la oficina (eso significa, tengo que llegar temprano). Espero que no haya eventualidades desastrosas como cada que se desaparece.
Y ya entrada en situaciones desastrosas, estaba yo en la tarde doblando plácidamente mi ropa salida de la secadora, cuando de repente mi corazón se detuvo… era un calcetín… un calcetín… de él… maldita, maldita sea y maldito fetiche de esconderle la ropa… uno, dos, tres segundos y mi corazón latió de nuevo… justo en el momento en el que tiré el calcetín a la basura.