Hablemos de los sustitutos. Me viene a la mente, sustituto de azúcar. Sabe a azúcar ¿parece azúcar? no es azúcar, y sin embargo lo prefiero o quiero engañarme para afirmar que lo quiero, y no engorda, o al menos da esa impresión.
¿Qué pasa cuando el sustituto mejor al original? Estoy confundida.
Soy tan nena. Me siento tan herida, y es estúpido e intrascendente, pero me crispa los nervios. Es como la canción de Andrés, son las nueve. Ya. Es la hora de las incoherencias, sólo que hoy las escribo aquí y no se quedan flotando en mi mente. Todos flotan.