Desperté el primer día del año en Praga, después de dormir tres horas, cansada y contenta: la noche vieja me enfrasqué en una lucha intensa en pos de la vida y la sanidad mental, misma que parece que gané.
Me costó mucho entender, que no siempre hay que entender… después de un viaje de 9 meses comienzo a conciliar mis voces.
Al final el exilio selectivo rindió frutos, sobreviví al 2017 y comienza la vida del 2018
Muy feliz 2018, Paulinita.